El gusto es la preferencia personal de un objeto, que el sujeto presenta de acuerdo al conocimiento del objeto es por tanto una especie de sentido formal, por ejemplo a una persona puede agradarle una pintura sin considerarla buena, y puede también considerarla buena sin que le agrade realmente: puede tener algún punto ciego con respecto a la apreciación de ese tipo de pintura, y puede ser perfectamente consciente de su deficiencia al respecto. «Me gusta» y «Pienso que es bueno» no son expresiones sinónimas, ni siquiera en el habla común.
El conocimiento o la vivencia de la infinitud de las determinaciones de los objetos, de sus relaciones, etc., es sin duda también en la vida cotidiana una componente importante de la correcta actitud de los hombres para con la realidad objetiva.
Hacer la afirmación que una rosa es hermosa o que un poema es bello tiene dos connotaciones, en la rosa se consideraría que la belleza está en el objeto y la percibimos de forma directa a la mirada objetiva y en el poema diría que sólo podemos remitirnos a aquello que percibimos de forma subjetiva frente a nosotros, el gusto se convierte pues en el particular.
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