El VideoArte se ha convertido en una de las disciplinas artísticas más de moda desde su aparición en los años '60. Festivales como el "Loop" y exposiciones en el MACBA (The killing machine) o en el ciclo Pantalla CCCB , han demostrado recientemente las posibilidades de este medio creativo, estrechamente ligado a los continuos cambios que se dan en la tecnología electrónica y digital.
El vídeo arte nació como medio creativo en Estados Unidos a principios de los años '60, cuando un grupo de artistas, vinculados a las vanguardias artísticas, empiezan a usar la nueva tecnología de la imagen electrónica con fines artísticos. En ese momento la cultura de la imagen estaba dominada por la televisión, y hacía muy poco que habían aparecido los primeros equipos portátiles de vídeo.
La evolución: el espectador como parte de la obra
No fue hasta 1965 que Paik bautizó y dio a conocer el VideoArte. El vídeo tenía interés como creación artística principalmente por las variadas posibilidades creativas que ofrecía, por su continua renovación (ligada a los avances tecnológicos y técnicos), y por su compromiso directo con el entorno. Su versatilidad y fácil manejo abrían un camino nuevo y comprometido en el ámbito artístico.
En los años '70 la organización de varios vídeos en el espacio sustituyó el vídeo simple que se daba antes. Esto hizo que el VideoArte adoptara una nueva función crítica respecto al papel que el público tenia en la obra. La interpretación de las imágenes alternadas, mezcladas o repetidas en un espacio cerrado quedaba determinada por la actitud del público ante ellas.
Es así como en los años '80 y '90 la experimentación evoluciona hasta consolidar las video-instalaciones, que permitían el uso de varios elementos espaciales y la implicación directa del espectador. Artistas como Samuel Beckett o Bruce Nauman lograran con sus instalaciones que el espectador fuera un elemento más, pero determinante en el significado que se desprendía de la obra. La creación ya no era estática: la presencia de cada persona, sus reacciones y movimientos, dotaban a la instalación de nuevos significados y mensajes.
Es así como en los años '80 y '90 la experimentación evoluciona hasta consolidar las video-instalaciones, que permitían el uso de varios elementos espaciales y la implicación directa del espectador. Artistas como Samuel Beckett o Bruce Nauman lograran con sus instalaciones que el espectador fuera un elemento más, pero determinante en el significado que se desprendía de la obra. La creación ya no era estática: la presencia de cada persona, sus reacciones y movimientos, dotaban a la instalación de nuevos significados y mensajes.
El presente: entre lo digital y la realidad inmediata
Se puede decir que a partir del año 2000 se abren nuevos caminos, ya avanzados unos años antes, en la tecnología audiovisual, dónde lo digital lo abarca prácticamente todo. Surgen varias direcciones estéticas y nuevas investigaciones tecnológicas, que hacen de los "nuevos medios" una disciplina de gran actualidad por su estrecha relación con estos avances y por cómo se aprovechan de las novedades que desprenden.
El Videoarte siempre se acercó a la realidad, pero generalmente para ridiculizarla o transformarla. Ahora hay un mayor interés en mostrar las cosas tal como son, pero sin perder las cualidades artísticas. Los vídeos, por su contenido, a veces se aproximan al documental, pero la forma de presentarse sigue jugando con el espacio y el montaje, la distorsión de formas y la repetición, etc. El impacto de las imágenes y del sonido van directamente dirigidos a abrir la mente del público a los problemas que le rodean. Por eso no se trata sólo de un arte ligado a nuevas tecnologías, sino de una actitud artística que utiliza el vídeo para reflejar y transmitir las reflexiones y contradicciones de nuestra sociedad.